Quintana Roo será el estado con el mayor aumento en el número de jóvenes de 15 a 29 años de edad que ni estudian ni trabajan. Al finalizar este año más de 56 mil 736 jóvenes quintanarroenses se sumarán a este grupo, de acuerdo al Centro de Estudios Educativos y Sociales (CEES).
Esta cifra representa un crecimiento de más del doble de la población coloquialmente conocida como “nini” que ya existía en la entidad, que en 2019 fue de 22 mil 459.
El estudio “Otro efecto colateral del Covid-19”, realizado por el CEES, añade que 3 de cada 10 jóvenes la entidad tendrán que esperar al menos 15 meses para poder ingresar a una universidad o conseguir un trabajo.
Al menos 17 mil 20 de estos jóvenes perderán por completo la oportunidad de estudiar, ya que por las complicaciones económicas se verán obligados a optar por un trabajo que les otorgue una fuente de ingresos.
“Estamos ante un gran reto: evitar que sector de la población, que ya empezamos a conocer como la “Generación Covid”, no trunque sus sueños de concluir una carrera y tener un buen empleo”, dice el diputado local del PAN, Eduardo Martínez Arcila, presidente de la Comisión legislativa de Educación.
El legislador puntualiza que es necesario crear una comitiva interinstitucional, integrada por autoridades de los tres niveles de gobierno, sociedad civil y empresarios, para poder analizar soluciones a este problema.
Afirma que entre las medidas que se pueden implementar para reducir el impacto de este problema se encuentra el ofrecer apoyos e incentivos económicos para los jóvenes que reingresen al sistema educativo a continuar sus estudios; incremento del presupuesto de universidades y tecnológicos para ampliar la oferta educativa.
Además consideró necesario que los institutos de la Juventud estatal y municipales ofrezcan capacitaciones profesionales en sectores que adquirirán dinamismo durante la reactivación económica, para que sean la primera opción de contrato de las empresas.
También propone exentar de pago de ISR e IVA a las contrataciones de jóvenes entre 18 a 29 años, siempre y cuando no se despidan a trabajadores mayores.
“Y también reorganizar el programa de becas “Jóvenes Construyendo el Futuro”, ya que demostró que en su actual sistema fracasó en el Estado: más de 21 mil vacantes no fueron ocupadas. Y es que actualmente basa sus beneficiarios en el censo del bienestar, cuando es necesario que se estrechen los vínculos con las empresas turísticas, donde sí podría tener una gran demanda. Es decir, acercarse con las empresas para que se hagan cargo de estas becas, y no a través de un censo, como actualmente sucede.”, puntualiza.