Además del puerto de Acapulco, algunos de los municipios guerrerenses devastados por el fenómeno meterológico son Atoyac de Álvarez; Ajuchitlán del Progreso; Benito Juárez; Chilpancingo; Coyuca de Benítez; Petatlán; Tecpan de Galeana y Zihuatanejo.
Del 25 de octubre, fecha en la que Otis golpeó el territorio guerrerense, a la fecha, dejó viviendas y comercios destruidos, localidades incomunicadas, falta de alimentos y servicios públicos básicos, además de las lamentables pérdidas humanas.
Si bien los trabajos de rescate, limpieza y remoción de escombros han comenzado, aún queda un largo camino por recorrer.
"Recordemos que los desastres no son naturales. El desastre es una consecuencia de una mala actuación humana, mala preparación y mal seguimiento a un fenómeno natural. En este caso, el desastre pudo haber sido prevenido", afirma en entrevista para Sputnik el maestro en geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Carlos Ruiz Abad.
¿Por qué el huracán Otis fue devastador?
México es uno de los países con mayores riesgos por fenómenos naturales, según registros de la Organización para las Naciones Unidas (ONU), por su proclividad a los sismos y huracanes, principalmente.
En este último punto entra Otis, que es uno de los siete ciclones con categoría 5 en la escala Saffir-Simpson que han golpeado el país latinoamericano; es el segundo de esa intensidad que afecta a la nación desde el océano Pacífico. El primero fue Patricia, que data de 2015.
El huracán que devastó parte de Guerrero rebasó los modelos internacionales de pronóstico meteorológico, esto porque, en menos de 12 horas, dejó de ser tormenta tropical y alcanzó el grado más letal en las métricas de huracanes. Esto fue evidente en la velocidad de los vientos: en un principio eran de 64 kilómetros por hora y finalizaron en 270.
Ruiz Abad considera que, dado que en el Pacífico no había numerosos registros de huracanes letales, las autoridades locales no le dieron la relevancia que debía tener. Para el especialista, los protocolos de prevención debieron activarse desde que era una depresión tropical, dado que México cuenta con una estrategia integral para este tipo de eventos.
Además, "Acapulco es una zona de mucho riesgo. Recordemos que, desde tiempos anteriores y con huracanes de menor magnitud, también ha habido grandes desastres. Esto se debe a la cercanía que tiene el puerto con las zonas montañosas, lo que, de alguna manera, hace que los ríos lleguen a su punto máximo y generen inundaciones severas hacia la costa", dice.
Prueba de ello es Paulina, el ciclón que en octubre de 1997 golpeó Guerrero y Oaxaca. A su paso, dejó más de 300 muertos y alrededor de 5.000 hogares destruidos.
Los daños en Guerrero hasta el momento
Aún no hay una cifra exacta sobre los daños que dejó el huracán Otis. Según la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, tan solo las afectaciones a hoteles del puerto de Acapulco es de un 80%.
Respecto a la cuantificación de afectaciones a los pequeños y medianos negocios de la región, así como los daños que dejó a los hogares, la secretaria del Bienestar mexicana, Ariadna Montiel, expuso el 30 de octubre que se ha realizado un censo en la región con el que, hasta el momento, se han visitado 20.971 viviendas y comercios.
En entrevista para W Radio, el titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de Guerrero, Roberto Arroyo Matus, expresó que alrededor de 270.000 viviendas sufrieron daños en Acapulco, así como 2.600 en Coyuca de Benítez. Contabilizando el resto de los hogares guerrerenses en esta situación, son más de 273.000 el total afectado, aproximadamente.
Un estudio realizado por la firma de análisis de riesgo Enki Research estima que las pérdidas monetarias en el territorio guerrerense tras el paso del huracán podrían ascender a miles de millones de dólares. "En este caso, casi tres millones de personas experimentaron vientos con fuerza de tormenta tropical, y es probable que los daños se acerquen a los 15.000 millones de dólares", expuso la plataforma en su blog.
Para estos fines, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mexicana, el país cuenta con el Programa para el Fondo de Desastres Naturales, cuyo objetivo es implementar programas y proyectos destinados a mitigar los daños provocados por fenómenos naturales. El monto estimado en el proyecto de presupuesto para 2024 para esta partida es de 18.000 millones de pesos (alrededor de 996,33 millones de dólares).
Además, México tiene una cobertura adicional por medio del Seguro para Catástrofes 2023-2024, que asciende a 5.000 millones de pesos (cerca de 276,76 millones de dólares), y posee el bono catastrófico, por 485 millones de dólares.
Secuelas a corto y largo plazo
La directora general de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Norma Alicia Rosas, refirió en un comunicado que Otis podría estar entre los 10 eventos más catastróficos para el sector asegurador del país.
"De acuerdo con registros de la AMIS, Paulina cubrió alrededor de 1.766 millones de pesos (cerca de 97,91 millones de dólares) en bienes asegurados, cuando azotó las costas de Guerrero, en 1997. Otis estará muy probablemente en el listado de los 10 eventos más catastróficos en el sector", estimó.
Agregó que, al menos en Acapulco, hay 16.000 inmuebles y 20.000 vehículos asegurados. De los 10 eventos catastróficos por los cuales la AMIS ha pagado más indemnizaciones, cuatro han sido huracanes:
Gilberto (1988): 1.299 millones de dólares (mdd)
En entrevista para Radio Fórmula, el presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco, Alejandro Domínguez Aveleyra, declaró 27 de octubre que la reconstrucción, al menos de los recintos hoteleros, tardará entre 12 y 18 meses.
Sumado a ello, "un número importante de hoteles no cuentan con seguro, y [solo tienen] una póliza mayor para daños consecuenciales cerca de 10%" de esos sitios, señaló.
Pero las consecuencias no finalizan ahí. Según Ruiz Abad, quien también es docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde se imparte geografía, los impactos a corto y largo plazo también se verán reflejados en el medioambiente y en la salud de la población de Guerrero.
En el primer ámbito, "es parte de los ciclos biológicos. Un huracán ataca una zona de bosque o de selva para hacer una limpieza (...). Por lo que el impacto a los ecosistemas podríamos estarlo asociando principalmente a la modificación del territorio por parte del ser humano", apunta.
En el segundo rubro intervienen las acciones de las autoridades federales y locales, quienes deben desplegar a la brevedad planes para evitar enfermedades, por ejemplo, víricas o intestinales.
"Si no hay una actuación de inmediata en el saneamiento del espacio, podemos estar creando nichos de infección, donde la gente pueda enfermar por infecciones intestinales o (...) el dengue (...). En términos de accesibilidad al servicio de salud, este puede colapsar tras el paso del huracán y dificultar que la población tenga medicamentos y atención médica", agrega el experto.
Planes a seguir tras el paso del huracán
Una de las primeras estrategias para ayudar a la población de Guerrero afectada por el huracán Otis es la aplicación del bono catastrófico y la entrega de apoyos, ya sea a través de despensas o de ayudas económicas.
El 30 de octubre, en su conferencia de prensa diaria, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró que, previo a la conclusión del censo para determinar los pequeños comercios y viviendas dañadas, se iniciará la asistencia en becas, programas como Jóvenes Construyendo el Futuro y demás, en virtud de los guerrerenses. Además, se abrirá un plan para dar trabajos temporales a la población.
Una más es la facilidad de pagos de los créditos, informó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) de México. Esto podrán diferirse en periodos de tres a seis meses, especialmente si se trata de préstamos de vivienda, así como aquellos de nómina, por citar algunos.
El Banco de México (Banxico), la Secretaría de Hacienda, Banjército y la Asociación de Bancos de México (ABM) implementan a partir de esta semana el Plan Billetes, con el que la población que esté en Acapulco y que necesite dinero en efectivo pueda disponer de él a través de módulos operados por la entidad bancaria del Ejército mexicano.
El plan concreto sobre cómo será la reconstrucción del emblemático puerto de Acapulco y de Guerrero, uno de los estados más azotados por la violencia y la pobreza de la nación latinoamericana, se dará a conocer el miércoles 1 de noviembre, adelantó el mandatario mexicano