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13 August 2020

Argentina y México se asociaron con el laboratorio anglo-sueco AstraZeneca para la producción y distribución de una vacuna experimental contra el coronavirus.

El país sudamericano tendrá bajo su órbita la fabricación de la vacuna, mientras que México se ocupará de envasado y distribución “equitativa” en toda la región, excepto Brasil, anunció el miércoles el Presidente argentino Alberto Fernández en rueda de prensa.

Se espera para más tarde un anuncio similar de parte de las autoridades mexicanas.

El objetivo es “producir entre 250 y 350 millones de vacunas para toda Latinoamérica para el primer semestre 2021”, dijo el mandatario argentino.

La vacuna en cuestión fue desarrollada por la Universidad de Oxford y es una de casi una veintena de iniciativas que se encuentran en diversas etapas de ensayo en seres humanos en todo el mundo. Rusia se convirtió el martes en el primer país en aprobar una vacuna contra el coronavirus y declararla lista para su uso, aunque sus autoridades todavía no han ofrecido ninguna prueba de seguridad o eficacia.

A fines de julio, AstraZeneca dijo que está dispuesto a producir dos mil millones de dosis de la vacuna a un precio bajo por dosis. Se espera que los costos de fabricación sean compensados a través de financiamiento de los gobiernos y privados.

El convenio con México y Argentina será financiado por la fundación del magnate mexicano Carlos Slim.

Fernández estimó que la vacuna tendrá un valor de entre tres y cuatro dólares, lo cual “es muy significativo para América Latina porque permite a todos los países acceder a ella”.

AstraZeneca cerró una serie de acuerdos similares en todo el mundo para distribuir la vacuna experimental contra el COVID-19, la cual ha tenido resultados prometedores en las primeras fases de pruebas.

Sus convenios incluyen a Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea, así como con la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias —una coalición público-privada con sede en Noruega– y la Alianza de Vacunas GAVI, una asociación público-privada establecida en Ginebra.

También con laboratorios de India, Rusia y Corea del Sur.

Brasil firmó un acuerdo diferente con AstraZeneca para ensayos de su vacuna.

“Esta vacuna viene a la delantera en cuanto al momento de la fase clínica en que está. Hay publicaciones de julio que le dan extraordinaria capacidad de inmunidad con una sola dosis”, enfatizó el ministro argentino de Salud, Ginés González García.

Un voluntario recibe una vacuna experimental contra la COVID-19 desarrollada por la Universidad de Oxford en Gran Bretaña, en el hospital Chris Hani Baragwanath en Soweto, Johannesburgo, Sudáfrica. Foto: Siphiwe Sibeko, AP.

El funcionario aclaró que “no es la única negociación ni la única alternativa. Seguimos conversando con otros proveedores. Tener capacidad de producción local es una seguridad de acceso a la vacuna en tiempo y forma”.

Los llamados ensayos de fase 3, que suelen durar meses e implican a miles de personas, son la única forma de demostrar si una vacuna experimental es segura y si realmente funciona.

La Organización Mundial de la Salud dice que todas las posibles vacunas deben completar las fases de ensayo antes de ser distribuidas. Los expertos han advertido que si no cumplen con los protocolos pueden provocar un impacto negativo en la salud y crear una falsa sensación de seguridad o socavar la confianza en las vacunas.

(Sin Embargo)

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