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10 August 2020

El Papa Francisco subrayó que para que una vida cristiana sea verdaderamente fecunda debe seguir los pasos de Cristo, quien “se humilló a sí mismo hasta la muerte en la Cruz”.

El Pontífice hizo esta afirmación en un mensaje que envió a las Franciscanas Mínimas del Sagrado Corazón este sábado 8 de agosto con motivo de la apertura del Año Jubilar para conmemorar el centenario de la muerte de su fundadora, la Beata María Margarita Caini, que se celebrará el 8 de agosto de 2021.

El Papa se detuvo a reflexionar sobre el nombre del Instituto y comenzó con la palabra “Mínimas” con la que con frecuencia la Madre Caiani se refería a sus hijas. Con ese término “quiso poner de relieve cómo debe ser el estilo de vuestra vida”, señaló Francisco dirigiéndose a las religiosas: “El estilo de la pequeñez”.

A ello se le suma la pertenencia de las religiosas a la “gran familia franciscana”. “Os habéis situado en la escuela de San Francisco para seguir mejor al Señor, que primero se hizo pequeño, eligió esta vía, la de humillarse a sí mismo y humillarse hasta la muerte en la Cruz”.

Franciscanas, Mínimas y del Sagrado Corazón. La razón de esta última denominación se encuentra en la voluntad de “enraizarse en la fuente de la Caridad”, enfatizó el Santo Padre.

“El amor que Jesús tiene por nosotros no deslumbra con grandes efectos especiales que rápidamente desaparecen, sino que es un amor concreto y fiel hecho de cercanía, de gestos que realzan y que dan dignidad y confianza”.

“Podemos amar con el Corazón de Jesús”, afirmó el Papa Francisco, “con gestos ricos de ternura. Y el primer lugar donde vivir este amor simple y concreto es vuestra comunidad religiosa”.

Esta expresión, “del Sagrado Corazón”, no es sólo un complemento, sino que dice mucho más: habla de una pertenencia. El Señor nos ha donado la vida, nos ha engendrado a la fe y nos ha llamado a él en la vida consagrada atrayéndonos a su Corazón”.

La pertenencia al Sagrado Corazón de Jesús “se manifiesta de modo particular en la oración”, aseguró el Papa Francisco. “Toda nuestra vida está llamada, con la gracia del Espíritu, a convertirse en oración”.

Por ello, “debemos permitir al Señor que permanezca unido siempre a nosotros. Así, Él nos transforma, día tras día, haciendo que nuestro corazón sea cada vez más parecido al suyo”.

Finalmente, el Papa Francisco destacó la gran labor misionera que realizan las Franciscanas Mínimas del Sagrado Corazón en Italia, pero también en Brasil, en Egipto, en Sri Lanka y en la ciudad palestina de Belén.

(Aciprensa)

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