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07 August 2020

Siendo presidente del Real Madrid, Ramón Mendoza (1986-1995) solía decir que, en las cosas del poder, el club merengue no tenía rival, que su influencia estaba por encima de cualquier político o institución encumbrada.

La frase sigue siendo válida. Hoy, quien ejerce ese poder es Florentino Pérez. Desde 2009 él preside el multimillonario club por segunda ocasión. También encabeza el Grupo ACS, un consorcio de la construcción y servicios que aglutina media docena de compañías, con presencia en 62 países y 200 mil trabajadores. Factura 105 millones de euros (mil 900 millones de pesos) diarios, como se jacta en las pocas entrevistas que ofrece.

“Yo soy poderoso en la medida en que soy el presidente del Real Madrid, de lo contrario no sería conocido. Dirijo la institución deportiva más grande del mundo”, reconocía con sonrisa socarrona en el programa de televisión Salvados de la cadena hispana La Sexta, titulado “El otro Florentino” y emitido en marzo de este año.

Y no engañaba: El pasado mayo, la revista Forbes dio a conocer su ranking de empresas deportivas y, por segundo año, el Real Madrid es la más valiosa. El club vale 3 mil 440 millones de dólares (casi 45 mil millones de pesos), con ingresos anuales por 675 millones de dólares y beneficios que suman 172 millones.

“Si Florentino es presidente del R­eal­ Madrid, pues en todo el mundo se sabe que también lo es de ACS. El club es la mayor marca de España y eso ejerce mucha influencia política, eso es inevitable”, dice un exdirectivo del Real Madrid, quien habla bajo condición de anonimato.

Empero, en España existen sospechas respecto de las cada vez más evidentes relaciones entre el Real Madrid y los otros negocios de su dirigente. En los últimos partidos han aparecido mantas en el estadio Santiago Bernabéu con frases alusivas: “Las manos de ACS, fuera del Madrid”.

Las críticas surgieron a raíz de que una filial del grupo ACS se adjudicó un proyecto en México que contempla la construcción y puesta en marcha de cuatro plantas de tratamiento de aguas, además de la modernización de cinco plantas hidrodesulfuradoras de diésel a cambio de 432 millones de euros (unos 7 mil 800 millones de pesos).

Este contrato con Petróleos Mexicanos (Pemex), en el que trabajaba la empresa del presidente madridista desde hace algunos meses, se cerró, llamativamente, dos semanas después de que el club merengue fichara a Javier Chicharito Hernández.

No es el único caso. En junio pasado una empresa del Grupo ACS consiguió un contrato en Colombia para construir y explotar durante 25 años la autopista Conexión Pacífico, un proyecto de 700 millones de euros (12 mil 600 millones de pesos).

Tras el Mundial de Brasil, el Madrid fichó al colombiano James Rodríguez, y la semana pasada la prensa económica española publicó que ACS había cerrado satisfactoriamente el contrato de la carretera.

Si los madridistas ya habían visto con recelo el fichaje de James –por 80 millones de euros y que provocó la salida del delantero argentino Ángel Di María, el jugador fetiche del técnico merengue Carlo Ancelotti–, el del Chicharito causó que la indignación estallara por esas sospechosas relaciones entre club y empresa.

La televisora Fox Deportes también aludió a estos “sospechosos fichajes” a raíz de que el constructor obtuvo esos contratos de obras en México y Colombia.

Los caprichos de Florentino

El Chicharito Hernández, suplente en el Manchester United, llegó de improviso al Real Madrid el último día del mercado y pocas horas después de descartarse el fichaje de Radamel Falcao, quien, eufórico, llegó a “anunciar” a través de Twitter su incorporación al club merengue.

El cambio de alineación provocó reac­ciones encendidas que Florentino Pérez apagó insinuando que las exigencias del representante del goleador colombiano habían excedido todo lo aceptable. “Si traigo a Falcao, tengo que poner de presidente a (su apoderado, Jorge) Mendes”, argumentó el dirigente para justificar la operación del Chicharito.

El Real Madrid, que ya había fichado a James, Keylor Navas y Kroos, contemplaba la adquisición urgente de un “9” que pudiera hacer competencia a Benzema, cuya contundencia goleadora sigue sin responder a las expectativas. Por ello, la incorporación del jugador mexicano se recibió entre los aficionados madridistas con una resignación que rozó la amargura.

“Si yo fuera el que mandara quizás no lo habría hecho así”, disparó Cristiano Ronaldo, sorprendido como el resto del universo merengue por la decisión de Florentino. Todo transcurría dos semanas después de que en México se anunciara el nuevo contrato con ACS.

En la prensa española también surgieron detractores. El periodista José Sámano, de El País, escribió sobre la pugna en el madridismo después de la goleada 8-2 que el club merengue le propinó al Deportivo La Coruña. Señaló sobre el jalisciense: “Los depredadores como él no suelen demorarse: apuntan y disparan. Futbolistas como Chicharito no tienen tiempo que perder. Son comisionistas del gol”.

El palco de los milagros

En la capital española es un tópico ampliamente asumido que en el Palco Presidencial del estadio Bernabéu y en los más de 80 palcos construidos en la casa del Real Madrid –habitualmente contratados por las poderosas empresas españolas– se cierran importantes contratos de obras y servicios de dichas sociedades con gobiernos y transnacionales.

“(Los palcos del Bernabéu) son el mayor centro de negocios a nivel europeo. Las empresas suelen invitar a gobernantes o responsables de obra de muchos países a ver algún juego del Real Madrid, a todos les hace mucha ilusión eso. Y en un ambiente distendido logran cerrar muchos acuerdos”, abunda el exdirectivo del club entrevistado para este reportaje.

Juan Francés, autor del libro ¡Que vienen los lobbies!, señala: “Tenemos una top-heavy society, una sociedad sobrecargada por arriba, dominada por las grandes firmas y las grandes familias de la capital; una casta de empresarios que suelen ser todos funcionarios del Estado, especialmente técnicos comerciales o abogados del Estado, y tienen aficiones comunes, ya que se juntan cada domingo con las autoridades públicas en el palco del Santiago Bernabéu para seguir labrando una relación fructífera en ambos sentidos. La fortuna personal de Florentino Pérez cuando fue elegido presidente del Real Madrid en el año 2000 ascendía a 180 millones de euros. Diez años después, esa cantidad se había multiplicado por 10, hasta mil 800 millones de euros”.

Todos pasan por los palcos, también autoridades de los países árabes y de Latinoamérica. El corresponsal tiene conocimiento de que personal de la embajada de México, en más de una ocasión, ha gestionado entradas para delegaciones de funcionarios de primer nivel, gobernadores o legisladores mexicanos.

Una de las afortunadas fue Angélica Rivera Hurtado, esposa del presidente Enrique Peña Nieto, y el séquito familiar que la acompañó en su viaje de abril pasado. Desde el palco gestionado por la embajada mexicana en Madrid presenciaron el partido Real Madrid-Bayern de Múnich, celebrado el 23 de abril pasado y correspondiente a la Champions League, confirmó una fuente enterada de la negociación para obtener los pases.

Esa fue una de las actividades de ocio de Angélica Rivera, días antes de asistir, representando al presidente mexicano, a la ceremonia de canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII. (Proceso 1957.)

Sin embargo, su presencia pasó inadvertida, porque en ese partido los reflectores se los llevó el abarrotado palco presidencial. Junto a Florentino Pérez estuvieron el rey Juan Carlos I y 80 invitados más, todos ellos influyentes miembros de la clase política y empresarial de aquel país.

Otro caso. En el marco de la Feria de Turismo (Fitur) de Madrid 2013, un representante del gobernador de Veracruz, Javier Duarte, repartió boletos para el Bernabéu a la nutrida comitiva de diputados federales y senadores de la comisión de Turismo y sus acompañantes, a las delegaciones de otros estados de la República y personal de la Secretaría de Turismo federal. Los agasajados vieron el cotejo no desde un palco, sino desde las tribunas.

Quien también se dejó tentar por el poder de los empresarios españoles fue Arturo Henríquez Autrey, director corporativo de Procura y Abastecimiento de Pemex, quien hizo un viaje relámpago de España a Alemania en el avión del presidente del consorcio hispano Endesa, Borja Prado, para ver el partido de vuelta Bayern de Múnich-Real Madrid. Su visita a Madrid, en mayo pasado, era para participar en una sesión del consejo de administración de Repsol, antes de que se anunciara que Pemex saldría de la petrolera hispana.

Llegar a la presidencia ejecutiva del Real Madrid suele ser una lucha encarnizada entre los poderosos empresarios madridistas. Y uno de los miembros de la comisión directiva de esa compañía es el naviero Fernando Fernández Tapias, contratista de Petróleos Mexicanos.

En los años de influencia de Juan Camilo Mouriño, quien fue secretario de Gobernación mexicano y tenía ascendencia gallega, el también gallego Fernández Tapias consiguió uno de los contratos más importantes con Pemex: se trataba de entregar una flotilla de buques petroleros a la empresa mexicana.

Otro de los recurrentes aspirantes a la dirigencia merengue es Juan Miguel Villar Mir, presidente del Grupo OHL, uno de los empresarios que más se benefició durante la gubernatura mexiquense de Enrique Peña Nieto y a quien ya otorgó contratos en su etapa como presidente de la República.

En las elecciones del Real Madrid de 2006, Villar Mir intentó suceder a Ramón Mendoza al frente del club, pero fue derrotado por Ramón Calderón, quien, a su vez, terminó renunciando envuelto en polémicas.

Alguien que ya se perfila como contendiente para la próxima elección del Madrid es Juan Villar-Mir de Fuentes, quien también está llamado a suceder a su padre en la presidencia de OHL.

Villar-Mir de Fuentes fue uno de los entrevistados en un video promocional de Enrique Peña Nieto, con motivo de su visita al Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) 2012 en Davos, Suiza. En su intervención, el español resaltó las “grandes aptitudes” del entonces candidato a la Presidencia de México.

Este hombre de negocios es amigo íntimo del rey Felipe VI y del presidente Mariano Rajoy, siendo el único empresario que acompañó al actual mandatario español en el “cuarto de crisis” del Partido Popular (PP) la noche electoral de 2011, cuando Rajoy logró la Presidencia.

Más mexicano que el mole

En la recepción que Peña Nieto ofreció en el Palacio del Pardo para agradecer a las autoridades españolas por una visita de Estado realizada en junio pasado, se registró una estampa con mucho simbolismo: En la mesa principal, donde habitualmente sólo departen los presidentes, sus esposas y otras autoridades, se encontraba, además de la embajadora de México, Roberta Lajous, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, el presidente de Inditex (Zara), Pablo Isla, y el empresario mexicano Valentín Diez Morodo.

Peña Nieto y Pérez ya habían tenido un encuentro tiempo antes. El 9 de julio de 2013, el mandatario recibió en Los Pinos al presidente de ACS, quien le expresó su intención de aumentar sus inversiones en México a través de “varios proyectos en distintos sectores de la economía”, señaló un comunicado de Presidencia.

Le explicó que Dragados Offshore, una de las filiales del grupo ACS, presta servicios a las mayores petroleras del mundo, incluida Pemex. Para esta última, Dragados desarrolla proyectos de ingeniería, diseño y construcción de plataformas en los yacimientos de Ku Maloob Zaap y Cantarell, en la Sonda de Campeche. Esta transnacional también planea incrementar la participación de su empresa Cobra en las licitaciones para proyectos energéticos.

En 2012 se le adjudicaron diversos trabajos en plantas de hidrocarburos en México por 650 millones de euros. Y para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) edifica instalaciones de generación y distribución eléctrica en Baja California, Chihuahua y Coahuila.

Ahora se ha hecho con proyectos en la refinería Miguel Hidalgo, situada en Tula y que constituye uno de los cinco pilares del Plan Combustibles Limpios. Emilio Lozoya, director general de Pemex y destacado priista, fue quien otorgó el contrato a Florentino Pérez, a tres meses de su encuentro en Madrid, durante la visita de Estado de Peña Nieto.

El contrato se concretó apenas un mes después de que la reforma energética aprobada en México abriera las puertas a empresas extranjeras. Primero fue eso. Después, la incorporación del Chicharito al Real Madrid y, por fin, la concesión a ACS.

Este cúmulo de “coincidencias” colocaron en el primer plano la relación entre los fichajes del Real Madrid y los negocios de Florentino Pérez, quien en la entrevista con la televisión española recordaba su paso por la política –actividad que le apasiona pero a la que no piensa regresar. Le relataba al periodista Jordi Évole: “Mis amigos me dice que estoy en el Real Madrid porque es lo que más se parece a la política”.

(Proceso)

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