Has no content to show!
11 July 2020

El análisis ligero y superficial que realizan periodistas, comentaristas, analistas y actores políticos de la autoproclamada oposición sobre la visita de Andrés Manuel López Obrador a los Estados Unidos de Norteamérica y el papel que cada uno de los mandatarios juega en el ajedrez geopolítico conduce solamente a la confusión y contagia la infodemia.

Joe Biden, ex vicepresidente de los Estados Unidos durante la presidencia de Barak Obama es ahora el candidato por el partido demócrata, pero recordemos que Biden representa a la élite banquero financiera neoliberal que está siendo desmantelada en diversas partes del mundo, sin embargo su dominio de los destinos globales desde el final de la segunda guerra mundial ha sido tal que prácticamente todos los organismos multinacionales, así como estructuras internas de muchos países, han sido cooptados por ellos, de ahí que veamos un constante y permanente golpeteo de los defensores neoliberales contra gobiernos y políticas que amenacen su permanencia.

En México esto se refleja en las acciones del Estado Profundo, compuesto por los poderes fácticos como el empresariado reaccionario, los medios tradicionales serviles y confundidos ciudadanos utilizados, quienes coordinan ataques en diaria sucesión contra el gobierno constitucional, elegido democráticamente por la mayoría, y que aún goza de amplia aceptación.

Por otro lado, Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica y candidato republicano se adscribe a la élite industrialista nacionalista en conflicto con la banquero financiera. Analizando los eventos geopolíticos recientes y las decisiones (que no los discursos) de Trump, podemos ver que la tendencia es alejarse del neoliberalismo preponderante para iniciar una industrialización nacionalista de Norteamérica.

Aunque ideológicamente podemos no coincidir con el partido republicano, debemos tener en cuenta que a la tercera vía nacionalista y progresista planteada en el Proyecto de Nación que llevó a López Obrador a la presidencia, le conviene un presidente norteamericano con un proyecto similar y se contrapone con un mandatario plenamente neoliberal, como sería Biden. De ahí la insistencia y apoyo de la derecha a éste último.

Sí, Trump es racista, grosero y bocón, eso es innegable, pero a fin de cuentas ni los Estados Unidos ni las élites supranacionales han tenido nunca amigos, sólo intereses; México debe ser pragmático en ese sentido y tomar lo que más convenga a los mexicanos, dejando de velar por los intereses de los norteamericanos, al cabo y de cualquier forma, la agenda migrante no es apoyada por los demócratas ni los republicanos.

Por todo lo anterior, no podemos analizar la relación binacional y la sucesión presidencial en el vecino país solamente desde la política interna norteamericana, tenemos que ver todos los eventos geopolíticos recientes y como cada uno de esos poderes supranacionales han utilizado, por ejemplo, la pandemia para sus propios fines.

La oposición y la comentocracia están en todo su derecho de opinar sobre la reunión AMLO-Trump y las elecciones en aquel país, pero han demostrado ser muy aldeanos y cortos de miras para aconsejar, juzgar, imponer agenda y menos aún, pontificar como lo hacen.

(Sin Línea)

We use cookies to improve our website. Cookies used for the essential operation of this site have already been set. For more information visit our Cookie policy. I accept cookies from this site. Agree