Luego de breve dolencia falleció ayer en la ciudad de Mérida, a la edad de 86 años, Josefina Centeno de Ramírez Valenzuela (doña Fefa). Una mujer admirada por muchas generaciones de alumnos y profesores del Tecnológico de Mérida, en donde por más de 30 años fue catedrática de idiomas y fundadora del departamento de dicha área del conocimiento, como resultado de su entrega y pasión por la enseñanza y la institución.

Hijos, familia y amigos lamentan profundamente esta pérdida, al considerarla como una mujer yucateca llena de bondad, cariño e ímpetu por el servicio a los demás, como lo demostró al ser parte de la conformación de la Asociación APAC I.A.P., organismo que brinda atención especializada a personas con parálisis cerebral.

Viuda de Raúl Humberto Ramírez Valenzuela Lamicq, era además, dedicada a su familia por lo que en algunos de sus hijos sembró el interés por la formación de futuras generaciones, e incluso, concluyó proyectos educativos importantes.

Le sobreviven sus ocho hijos, Ileana, Raúl, Francisco, Alejandrina, Gabriela, María del Pilar, Leticia y Regina Ramírez Valenzuela Centeno, además de 20 nietos y 3 bisnietos. Así como sus hijos políticos, Mario Carrillo Alonso, Patricia Hadad Talavera, Elizabeth Siqueff Wabi, Ernesto Flamenco Gamboa, Antonio Guglielmi, Rodrigo Seguí Cisneros, Jorge Druri González.

La también colaboradora de la sección El poder de la pluma de Novedades Yucatán, constituyó una red de personas con las que compartía diversos temas de la vida, agradecimiento y amor por los demás.

Siempre fue una persona que ayudó y vio por el bien común de manera incondicional, por lo que muchas generaciones de estudiantes siempre la recordarán por su bondad, entereza y dedicación a toda la comunidad yucateca.

Adiós Fefa...

Ante el fallecimiento de Josefina Centeno de R. Valenzuela,  doña Landy Cáceres Álvarez escribió el siguiente texto para despedirla:

Mi amada Fefa: te fuiste como nos enseñaste siempre, fluyendo como la vida, el viento y el agua, siempre fluyendo, soltando y dejando ir. Te fuiste como un amanecer y en un amanecer.

Siempre dispuesta a ayudar y orientar a tantas personas, grupos y asociaciones...

Le diste luz a mi vida, fuiste mi guía y mi apoyo en tiempos poco fáciles, pues en Neurolinguística nos enseñaste que la palabra difícil no existe. Le diste claridad a mis caminos y opciones para aprender a vivir mejor.

Dejas un legado enorme a tantas vidas que tocaste, a tus lectores que te seguían cada lunes. A tantas personas que aprendimos de ti.

¡Gracias mi amada Fefa, te fuiste a una vida mejor! ¡Vuela, fluye, nos volveremos a encontrar! ¡Trascendiste en muchos corazones! Te amo hasta el infinito...